Siempre he pensado que una de las grandes fallas de la humanidad es su incapacidad para entender el crecimiento exponencial. Si conociéramos un poco más acerca del crecimiento exponencial, tomaríamos dramáticamente mejores decisiones, sobre todo los aspectos de nuestras vidas y nuestro planeta.
Permítanme ponerles un ejercicio relacionado a este importante fenómeno: Si fuera físicamente posible doblar 50 veces por la mitad una hoja de papel, ¿qué tan alto quedaría la hoja en su doblez final? La mayoría de ustedes van a pensar en aproximadamente 5 centímetros, un poco más o un poco menos. La respuesta correcta es que si pudiéramos doblar una hoja por la mitad 50 veces… ¡Llegaría de aquí al sol! Si no me creen, hagan la prueba con esta misma hoja.
Durante los primeros dobleces, estamos hablando de centímetros insignificantes (NADIE LO NOTAMOS, pero todo crece exponencialmente desde el “momento inicial”; sin embargo, para el doblez número 42 estaría llegando a una altura equivalente de aquí a la luna (400 000 km), en el doblez número 49 al planeta Marte (70 000 000 km), y en el doblez número 50 al sol (150 000 000 km).
Lo mismo pasa con el crecimiento de la población, los virus; y también con el decremento de los insumos, la tierra fértil, el petróleo, etc.
La importancia de entender el crecimiento exponencial es vital para ayudarnos a entender y dimensionar los riesgos y peligros a los que se enfrenta la humanidad hoy en día. Imaginen lo que les digo con el siguiente ejemplo que compartí en mi libro desde el año 2015 y que es tomado de la vida real: ¿Recuerdan la crisis de la influenza? Cuando determinada enfermedad está creciendo exponencialmente y alcanza un crecimiento del 4%, casi nadie se siente lo suficientemente alarmado como para tomar precauciones.
¿La razón? Para nuestra mente, un crecimiento del 4% es un porcentaje muy pequeño que nos permite sentirnos seguros; sin embargo, el enorme número de personas que interactúan mundialmente y la constante movilidad de esas personas hacen que una simple enfermedad pueda transformarse en epidemia en muy corto tiempo.
El crecimiento exponencial es fácilmente calculado usando la siguiente fórmula:dividir 70 entre la tasa de crecimiento, y el número resultante será la cantidad de unidades de tiempo que vamos a tardar en duplicarlo 70/X % = tiempo en duplicar.
Así pues, en este caso, si la tasa de crecimiento de propagación de la influenza es de 4 % diario; 70/4=17.5, en 17.5 días, habrá el doble de infectados.
Debemos aprender a dimensionar esto y migrar nuestro análisis a campos como las reservas petroleras, el consumo de alimentos, el crecimiento poblacional, etcétera.
Te preguntarás: «Y a mí, ¿para qué me sirve saber todo esto?» Bueno, pongamos este ejemplo en términos de petróleo:Actualmente se dice que tenemos 500 años de consumo asegurado de petróleo. Este número puede ser correcto, siempre y cuando consideremos que la tasa de crecimiento poblacional permanece inmóvil, lo cual es imposible.
En 20 años tendremos una tasa de crecimiento poblacional mayor a la que tenemos este año. En 20 años no van a quedar 480 años de petróleo, van a quedar únicamente 300. Y en otros 50 años más, no van a quedar 250, van a quedar, cuando mucho, 50 años más.
Si seguimos aumentando la tasa de crecimiento de cualquier situación, el tiempo para que llegue a duplicarse disminuye exponencialmente.
Si la tasa de crecimiento de la población es del 7% (una realidad para muchas poblaciones de México actualmente) ¡en 10 años esa ciudad va a tener el doble de habitantes que tiene ahora!
Conocer y entender este fenómeno del crecimiento exponencial puede ser muy útil si lo aplicamos también a los negocios. Por ejemplo, si tienes una inversión que crece fija a tasa el 7% anual, en 10 años vas a duplicar tu dinero.
Entender la simple aritmética del crecimiento exponencial hará que dejemos de creer las mentiras que escuchamos en redes sociales y formemos nuestro propia conclusión para ayudar y salvaguardar nuestra sociedad, comunidad y familia.
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